Expreso mi mas amplio reconocimiento y agradecimiento a Omar Huertas Díaz por la honrosa invitación para formar parte del cuerpo de escritores de la presente obra, a quienes también reconozco y felicito. Participación que realice con la firme convicción y compromiso de trabajar en beneficio de la mujer mexicana.
Los derechos de la mujer se han convertido en un punto crucial de la actualidad, la necesaria protección al género femenino se ha incrementado en el marco legal a nivel global y continúa su evolución; el fenómeno de la violencia contra la mujer es la razón de que esta figura este cada vez más amparada a niveles nacionales e internacionales. Bajo estas consideraciones se entiende que la mujer, en el tránsito de equilibrar los derechos de género hacia un sentido equitativo, también se ha visto inmersa en una ola creciente de violaciones a sus derechos humanos. El femicidio o feminicidio es uno de los claros puntos dentro de la violencia contra la mujer e incluso su cúspide misma.
En el marco Latinoamericano, son dieciocho los países que se han visto en la necesidad de adecuar el margen normativo para disminuir el feminicidio, entre estos Estados, según el (Observatorio de Igualdad de género de América Latina y el Caribe, 2018) en su nota N° 27, se encuentran: “Costa Rica (2007), Guatemala (2008), Chile y El Salvador (2010), Argentina, México y Nicaragua (2012), Bolivia (Est. Plur. de), Honduras, Panamá y Perú (2013), Ecuador, República Dominicana y Venezuela (Rep. Bol. de) (2014), Brasil y Colombia (2015), Paraguay (2016) y Uruguay (2017)”. Demostrando la necesidad de que el Estado garantice los derechos de la mujer a través de los tres principios claves del Estado garantista: prevención, investigación y sanción.